¡Hola, Koru!
¡Vaya suerte que te pases por aquí! Imagino que será porque te apetece conocernos un poquito más y descubrir los entresijos de nuestro proyecto, o incluso saber de dónde nos hemos sacado ese nombre tan raro (¡pero molón!), así que acomódate y al lío, que tenemos muchas ganas de contarte.
Pero antes de empezar...

Hay tres preguntas que nos gustaría hacerte. La respuesta es solo para ti, así que puedes sincerarte tanto como te apetezca hoy:
- ¿Te has planteado alguna vez cómo sería viajar a la otra punta del mundo?
- ¿Sientes que el tiempo pasa volando por delante de tus narices sin que puedas atraparlo y se burla de ti?
- ¿Te parece que llevas demasiado tiempo posponiendo cumplir tu sueño pero el momento nunca es ahora?

¿Qué es Koruventurers?
Desde el momento en que dimos con el nombre, Koruventurers ha pasado a ser nuestro apodo más identificativo. Ya me giro más cuando me llaman Koru que cuando me llaman Ana, para que te hagas una idea.
Koruventurers surge de la unión de dos palabras, «Koru» y «Venturers». El Koru es un símbolo de la cultura maorí de Nueva Zelanda que representa la idea de una nueva vida, crecimiento, fuerza y paz, todo ello vinculado al desarrollo perpetuo.
Y, por no enrollarme, eso es precisamente lo que significan los viajes para nosotros. Lo son todo.
Venturers, por otra parte, es una palabra que seguramente te llevará a «aventuras» o «aventureros» y, como esa es precisamente la intención, lo vamos a dejar aquí.
¿Cómo podemos ayudarte?
Con este proyecto esperamos poder ayudarte todo lo posible en la preparación y organización de tu viaje por Australia y Nueva Zelanda, dos países que nos tienen enamorados y guardan un gran significado para nosotros, de modo que tú puedas:
Resolver todas tus dudas y preguntas
El tiempo ya lo hemos perdido nosotros, ¿para qué vas a perderlo tú también? Vayamos directos al grano y sin dejarnos nada en el tintero.
Recibir consejos e información útil
Pero no útil porque lo digamos nosotros, sino por ser precisamente la que nosotros buscamos antes de aventurarnos a un viaje. Paso a paso.
descubrir Tu perfil viajero particular
Conocer los lugares que más te van a sorprender y que más vas a disfrutar. ¿La expresión no dice: «para gustos, colores»? Pues para viajeros, también.
realizar un viaje más consciente
El objetivo es fomentar y favorecer el consumo local y evitar intermediarios en nuestros viajes en la medida de lo posible.
Ahorrar una barbaridad de tiempo y dinero
Te ayudaremos a evitar aquellas cosas que no van contigo y a sacarle el máximo partido a cada día y euro de aventura.
Evitar cometer nuestros mismos tropiezos
Pongamos fin a esa otra frase que dice: «el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra». En esto, no.
¿quiénes sois vosotros?
Pues somos Ana y Raúl, dos viajeros empedernidos, amantes de las aventuras y firmes creyentes de que las experiencias son la salsa de la vida.
Y la salsa es importante, lo sabe todo aquél a quien, como a nosotros, le pirre comer.
En este equipo somos dos personas, Ana al teclado y Raúl haciendo su magia (o backoffice, como a él le encanta llamarlo) y, aunque ahora trabajamos con un sueño y un propósito compartido, las historias que nos han traído hasta aquí no siempre han sido ni paralelas ni de color de rosa…

Yo soy Ana
Espabilada, inquieta y soñadora.
Le acabo de preguntar a Raúl: «Rápido, Koru, descríbeme con tres adjetivos».
Y así ha quedado la cosa.
Y aunque mi historia real empieza un 2 de diciembre de 1987 (mi cumple, ¡apunta!), la que viene ahora mismo al caso no es tan viejuna. Rebobinemos unos 10 o 12 años.
Me encontraba en la universidad, más feliz que una perdiz, estudiando Traducción e Interpretación, una carrera que, debo admitir, me cautivó desde el minuto uno.
Mi sueño era convertirme en una superintérprete (de conferencias, nada de actriz) y acabar trabajando para alguna institución internacional de las VIP.
Tras terminar la carrera más puntual que un reloj suizo, me fui a Londres un par de añitos para demostrarme a mí misma mi independencia, y luego otro añito más a Edimburgo para estudiar un máster de Interpretación y demostrarle algo al mundo.

Todavía intento averiguar qué.
El caso es que conseguí trabajo en Barcelona (¡de lo mío!) y los siguientes 5 años me pasaron como si hubieran sido 5 meses.
Lo fuerte es que recordaba los años por el gran viaje que me pegaba en verano: Indonesia, Vietnam, Costa Rica, Cuba… Y suma y sigue. Lo demás era todo igual.
Y entonces lo entendí: no era MI sueño el que estaba cumpliendo, sino el sueño que «otros» (sí, claramente la sociedad) me habían hecho adoptar como mío.
Mi verdadero sueño, aquello que me hacía sentir con propósito e ilusión constante era VIAJAR como modo de vida.
Cuando por fin pasé de mis miedos, me preparé una mochila y me pasé siete meses viajando por Nueva Zelanda y Australia, descubriendo, aprendiendo, reconectando.
Mi familia paterna es de por aquellos lares, por lo que también fue un viaje con mucho significado emocional, una vuelta a las raíces que no se vive todos los días.
La vuelta a la normalidad fue complicada. Ese viaje no había hecho más que demostrarme que yo quería vivir así, por lo que ahí empezó mi búsqueda de la fórmula que me lo permitiese…

Y él es Raúl
Realista, travieso, todoterreno.
Ahora soy yo la que pone los adjetivos (muajajaja).
La historia de mi Koru favorito empieza un 20 de abril de 1988 (apunta también o se pondrá celoso), pero como en mi caso, te ahorraremos unos cuantos añitos de rollo. Al lío.
Raúl iba para arquitecto. O algo relacionado. Iba y fue, porque se pegó sus casi 5 años de carrera estudiando Arquitectura Técnica.
Él hizo las cosas porque así se lo habían dicho: «Estudia, consíguete un puesto estable en una empresa, haz lo mismo que los demás o te arrepentirás».
Él lo intentó. Y varias veces.
Pero es rebelde por naturaleza, qué le vamos a hacer. Y eso, sumado a que se sentía un bicho raro, solo le llevó a que se cortocircuitara. Vaya fail.

A Raúl le apasionaban los retos, emprender online y contentar a sus clientes. ¡Ah! Y la libertad. Nada de un mes de vacaciones al año y cuando al jefe le venga bien…
En su vida anterior, nunca fue mucho de viajar. Cotilleando en profundidad me he enterado de que, en parte, era porque sentía una gran frustración al no poder hablar inglés con soltura.
¡Y ahí llegué yo!
Ah no, aún no.
Tardó hasta tres años en decidirse a coger el toro por los cuernos (o el inglés por los verbos, p’al caso patatas) y decidió irse a vivir a Australia una temporada para derribar esa barrera.
¿Por qué no Londres? Pues porque no, ¿vale? Él es así. Ya que te vas, te vas.
Y se fue. Y aprendió. Y disfrutó. No se hizo bilingüe, pero consiguió reunir la confianza necesaria y más para viajar a cualquier parte del mundo.
Australia resultó ser el mayor descubrimiento personal de su vida hasta el momento.
Ahora no hay quién le pare.

El factor que lo cambió todo
Y en algún momento de ese proceso…
Yo le vi. Él me vio. Y ya no hicieron falta palabras…
No, es coña. Sí que hicieron falta, pero como si no.
No hay nada como encontrarte con alguien que ha pasado por exactamente lo mismo que tú para dejar de sentirte un bicho raro solo y empezar a sentirte un bicho raro fuerte, decidido y acompañado.
De repente, ya no hay nada imposible.
Y este fue el inicio de todo, de este proyecto y de esta ilusión.

y dimos el primer paso
¿Qué es lo que mejor se nos da? Viajar.
¿Qué disfrutamos más que nada en el mundo además de viajar? Ayudar a otras personas que también quieran hacerlo, que quieran hacer realidad su sueño viajero personal, queremos ser los acompañantes de los bichos raros.
¿Qué por qué Nueva Zelanda y Australia? Lógicamente, podríamos decir que por ser el lugar de donde provienen mis raíces, donde vive gran parte de mi familia y donde inevitablemente reside parte de mi corazón.
Pero ambos coincidimos en que son los lugares más espectaculares, grandiosos e inolvidables que hemos visitado jamás. Y queremos ayudarte a que para ti también lo sean.
A estas alturas, seguro que ya tienes ganas de saber cómo lanzarte a la aventura de tu vida.

¿Quieres saber más sobre nosotros?
¡Pues ahí van 10 Koru-Curiosidades!
- Nos chifla demasiado hacer el payaso ante las cámaras. En realidad y entre tú y yo, es porque nos dan un poquitito de pánico, pero estamos trabajando en ello.
- Yo (Ana) huelo la Navidad. Como te lo cuento. Tampoco lo sé explicar mejor, solo que siempre ocurre en algún momento de diciembre y le da un puntazo al asunto.
- Soy la culpable de haber enganchado a Raúl al buceo. Lo supe en cuanto le vi. Ahora ya no puede escapar.
- Nos conocimos dándonos de hostias una tarde y celebrando nuestros moratones en el karaoke esa misma noche. No te alarmes, nos encanta la capoeira y algún día, si la cámara nos deja, te pondremos algún vídeo por aquí.
- Igual ya te lo has imaginado por la historia, pero tengo dos pasaportes: uno de España y otro de Nueva Zelanda. Parece una tontería, pero no te imaginas la de puertas que abre.
- Nos pierde la comida. Cualquier comida. Nada que añadir.
- Yo soy Sagitario y Raúl Aries. Si te gusta esto de la astrología, aquí tienes dos signos de fuego a topis de power. Ya te puedes imaginar cómo son nuestros viajes.
- Tenemos una debilidad extraña y absurda por los parques acuáticos. Bueno, parques de atracciones en general. ¿El niño que llevamos dentro?
- A Raúl le pirran las pelis malas de risa. Pero malas, malas, ¿eh? Menos mal que hay palomitas de por medio.
- Lo que más nos gusta de este mundo, aparte de viajar, son los «dichos y hechos» en plan locura, y cuanto más alocado el plan, mejor. Algo así como tirarnos en paracaídas habiéndolo decidido esa misma mañana o plantarnos en el aeropuerto a ver qué hay…